Ayudar en la educación de una hermana menor es duro. Hay que vigilar la música que escucha y las películas que ve. Y, aunque sea cruel hay que reírse de ella cuando sus gustos no se ajustan a tu criterio de flipado mayor. Después vienen las recompensas, por ejemplo encontrarte en tu disco duro, por sorpresa, los 12 capítulos de una buena serie que desconoces, con subtitulos y todo. Mucho mejor que ir a la fnac.

Californication es la historia de un escritor que no puede escribir. La historia de un tipo que intenta recuperar a la mujer que dejo ir y mientras no lo consigue seduce sin esfuerzo a decenas de mujeres. El personaje esta claramente inspirado en uno de los grandes “escritores malditos”. Su nombre ya nos da una pista: “Hank Moody”. Hank vive en Los Ángeles, Critica al mundo con una acidez corrisiva , a veces actúa sin pensar, se mete en peleas, bebe mucho alcohol, fuma continuamente, y practica sexo por deporte. Mas o menos como Hank, el alter ego de Charles Bukowski en sus libros. Pero Hank Chinaski bebía vino barato, se pudría en pensiones de mierda y se acostaba con semiprostitutas de los bajos fondos. Hank Moody vive en un piso amplio, bebe alcohol en clubs pijos y se acuesta con chicas que podrían ser modelos o actrices porno (todas las californianas según parece). Es decir, querían una serie con bukowski de prota, pero el bueno de Charles tenía un tufillo “looser” que había que eliminar para tener un protagonista guay del Siglo XXI.

La serie está repleta de sexo y aunque no es el centro del argumento, parece que ha sido el gancho publicitario. Una vez que te acostumbras a las imponentes mujeres que Hank lleva a su alcoba y a que no follen debajo de sábanas (Uno de los grandes misterios de la ficción ), el sexo se convierte en algo accesorio en la serie y su importancia cada vez es menor. La trama está bien, pero lo que más me gusta son los personajes y la forma en que Hank se relaciona con su hija, con su editor o con su mujer. No sé si en la vida real es así, pero en la ficción me encantan ese tipo de personalidades viscerales escupiendo diálogos brutalmente honestos y llenos de ironía. Personas de un universo paralelo que se critican a la cara, que no se guardan nada en las discusiones y que aún así se llevan bien.

Los actores no lo hacen mal. Por su poca expresividad, al Duchovny le venía mejor el papel de Fox Mulder (tenía que decirlo) pero la verdad es que se esfuerza y no le queda mal. A la que veo peor es a su hija ficticia. Deberían pegarle alguna colleja antes de los rodajes para que deje de moverse como un robot.

Los capítulos duran media horita, ideales para cualquier momento de relax. Y aunque no la veo como una obra maestra, es muy entretenida. Hay humor sexual sin caer en lo chabacano y a la vez sin ponerse limitaciones, hay conflictos morales sin moralina y hay crítica social con mucho sarcasmo. Además la serie está plagada de referencias a la cultura popular, desde grupos de música hasta actores o escritores. Seguro que te enganchará, te sacará muchas risas y hasta puede que te emocione.

Si te ha sabido a poco Casciari escribe más y mejor sobre Californication