Voy a contar un poco mis impresiones y recuerdos de Berlín. Tanto para los que me conocen y quieren ahorrarse que yo les cuente la historia, como para los potenciales viajeros, y sobre todo para mi, por aquello del Alzheimer.
Como me compré una camarita justo antes de irme, me he hecho un Flickr con las fotos comentadas y puedes ahorrarte todo este rollo

En plan sociológico:

Al llegar a Berlín lo primero que noté fue el silencio. A tu lado pasan coches y personas pero es como si todo el ruido estuviera atenuado. Como si se disolviera al atravesar las amplísimas calles. En Berlín viven 3 millones y pico de habitantes pero no vi aglomeraciones. Por la calle mas estrecha pasan dos carreteras, dos superaceras, un par de tranvías y por supuesto un carril bici, porque la bici es EL medio de transporte.

Los primeros días los pasamos durmiendo en un piso de la antigua RDA situado entre las zonas de Friedrichshain y Kreuzberg. Allí el tiempo tiene otro significado: De día hay la misma gente que de noche, los kioskos venden cafe cerveza y bocadillos continuamente. No hay hora para comer y cualquier momento es bueno para pillar una pizza o uno de esos enormes kebaps que se venden a precios populares: entre 1.5 y 3 euros.
Yo estoy acostumbrado a vivir con el sol en la cabeza. Si llueve o hace demasiado frio evito salir. En Berlín basta con que no esté lloviendo para encontrar gente sentada en las terrazas.

En plan turista: Precios, Transporte, Comida, Arquitectura y monumentos.

Berlin fue arrasado en un 80% en la segunda guerra mundial, asi que casi todo lo que vemos son reconstrucciones. Además hay un montón de edificios ultramodernos que vienen en todas las guías. Salvo un par de barrios, el Berlin del oeste no tiene demasiado encanto para mi. Lo que mola está en el Este. En conjunto se organiza en barrios-ciudad con personalidades muy definidas. Cada barrio tiene su centro y es bastante independiente de los demás. Quizás por eso no existe la sensación de agobio que se da en las zonas centrales de Madrid, a donde toda la población acude para comprar o para salir de copas. En toda la ciudad se aprecia una clara dicotomía: Este/Oeste Modernidad/Historia Pijerio/Punk. Así, podemos encontrar un centro artístico ocupado en mitad de una calle llena de restaurantes de lujo.

Como, además de patear barrios y ver garitos, para tener un viaje equilibrado hay que hacer algo de turismo, me apunte a un tour sin precio fijo. Tu vas y luego pagas lo que creas conveniente, teniendo en cuenta que el guía no es un mendigo, sino un trabajador. Dura unas 3:30 o 4 horas y lo recomiendo: Divertido e interesante.

De todas formas por muy bien que esté el tour por los sitios famosos de Berlín, lo mejor es pasear por cada barrio con detenimiento. Fijarse en los grafitis, en la gente, en las tiendas y en la comida. En ella me detengo. Mi impresión ha sido que dedican poco tiempo a comer. Los berlineses prefieren ir picando aquí y allá cositas rápidas. Como producto alemán auténtico sólo he probado las tipicas Currywurst y wurstnoseque, ambas salchichas que te venden por la calle a un euro. El resto ha sido comida turca: Los mejores kebaps y similares. También probé el Gozleme, una especie de crepes raros rellenos de carne y verdura, y sobre todo los dulcecitos. Los pasteles de queso con frutas me flipan, y allí los venden baratos y ricos en cualquier panadería. También para desayunar venden unos bocadillitos de pan con piñones rellenos de lechuga, pepino y fiambre que te alegran el despertar. El café es de tipo americano: Grandes vasos de café aguado que venden por todos lados. Mundo aparte es la cerveza. En cualquier tienda o bar hay una neverita de autoservicio con montones de marcas a un euro y pico el medio litro. En los 6 días que he estado solo bebí un par de vasos de agua. Noticia: También venden cocacola de vainilla. Pero esto lo dejo para el siguiente post.

Para moverse hay S-bahn(tren), U-bahn (metro) tranvías y autobuses. Tanto el tren como el metro van por el centro de la ciudad. Se puede entrar sin pagar pero hay bastantes revisores que si te pillan sin boleto fichado te ponen multa y si eres guiri te hacen pasar la tarjeta de crédito ( o eso me dijeron). Yo me pillé un billete de 7 días para evitarme calentamientos de cabeza y tentaciones.

En plan moderno: Clubs y cultura urbana contemporánea.

Aunque quede mal decirlo, el Reichstag, las catedrales gemelas y los museos, esta vez me daban un poco igual. Claro que quería verlos, pero Berlín ha sido cuna de tendencias modernas superinfluyentes y pasar por allí ignorando eso me parece mas paleto que los que vienen a España sólo a emborracharse.

Mientras en Madrid el Gallardón y la Botella se empeñan en putear a los grafiteros, en Berlín parece que se les tiene un poco mas de respeto. Siempre he pensado que si en una ciudad se ven grafitis interesantes significa que ahí pasa algo, que en las calles hay movimiento. Por grafiti no me refiero a guarrear la pared poniendo una firma sino a cosas mas curradas. Los stencils me encantan, (Algún día contaré la historia de la noche en la que fui artista urbano) los grafitis en los tejados, los dibujos graciosos, y sobre todo esos grandes murales Berlineses que son lo mas impresionante que he visto de este arte clandestino.

Respecto a la música, tenía intención de ver un pizquito de la escena electrónica y de la escena gotica-Industrial. ¿He comentado que los horarios son totalmente caóticos? Pues parece que los bares no tienen hora de cierre. El viernes estuvimos en una extraña sala que no cerraba la puerta en todo el finde. Los precios eran populares: 5 € la entrada 2.5 la cerveza y 4 o 5 la copa sin regulador. La música era rollo techno-minimal algo oscuro, como toda la música alemana. Por cierto, que llegar a un club lleno de gente puestísima y encontrarte con una pintura de la virgen y el niño Jesús de 3×3 metros choca. En Alemania la religión se toma bastante poco en serio, asi que el imparable bricolaje postmoderno ha cogido esa figura y la ha convertido en icono de moda: Además de en las pizzerias italianas he visto imágenes religiosas decorando varios bares y clubs.

También intentamos entrar a un sitio al parecer mundialmente famoso donde pinchaba Laurent Garnier: “Berghain/Panorama Bar”. Pero después de media hora pasando frío el cabrón de la puerta nos dijo que nada. Desde aquí le envío todo mi odio.

Otro día fui a un club llamado K17 (recuerdo que la parada era Frankfurter Allee) que es una discoteca de 3 plantas dedicada al metal en todas su variantes. A mi la planta que me flipó fue la de música gótica-industrial (Lo que ponian me han dicho que se llama Electronic Body Music, EBM) . Tipos pacíficos con aspecto de peligrosos bailando durante horas un amasijo de de metal pesado y bases electrónicas. Cuando en pleno éxtasis y con luces parpadeantes pusieron el supereremix “confusion” que sale en Blade yo estaba esperando a que empezara a caer sangre del techo.

Por cierto, por lo poco que he visto los clubs mas o menos grandes no estan en una zona de marcha conocida, sino en polígonos o sitios algo alejados de otros bares. Así que hay que saber llegar.

Nota cultural: Es curioso ver como en Berlín, y parece que en toda Alemania, es bastante común salir de fiesta solito, a bailar y a beber. Además, al contrario de lo que pasa en España, allí hay tíos que bailan, sólo porque les mola, sin esperar ligar con una chica, incluso los heavys se mueven allí sin ninguna vergüenza.

También hay un montón de galerías de arte y estudios de artistas sobre todo por la zona de Prenzlauer Berg, aunque yo sólo estuve en el famoso Tacheles

En resumen, una ciudad encantadora, llena de vida cultural, donde todo parece muy alternativo e incluso algo extremo. Con una forma de vivir el día a día tranquila y preocupándose mucho más del hoy que del mañana. El título del post viene porque antes de estar en Berlín creía que una capital grande por cojones tenía que ser un poco agobiante, pero tras esta visita he visto que otra forma de vida en la gran ciudad es posible. Y esto lo dice un amante de las metrópolis que, a día de hoy, sueña mas con un ático gigante en el centro de una gran capital que con una casita en el campo.

Mas notas dispersas:

• Estuvimos en un piso de Berlin del este con la bañera guardada en el cajón de la cocina. No es común pero existe.
• Me encantan las chicas rubias que visten de negro (pero no en plan gótico sino en plan indie)… y en Berlín parece que eso es la norma.
• Lo de que Madrid es la ciudad con mas bares por habitante habría que contrastarlo…
• Cuando preguntas a un alemán si habla inglés siempre dice que un poquito, pero lo hablan bastante bien, aunque por lo general no son tan bilingues como yo creía.
• Españoles, nosotros hablamos a gritos y yo mas que a nadie, pero por favor, cuando vayamos a un bar cool berlines, mantengamos las compostura, que parece que no se nos puede sacar de casa.
• Hay menos gente con el pelo de colores de lo que yo esperaba.
• No vi el sol casi en los 6 días que estuve, aunque es cierto que estaba pasando un temporal por toda Europa
• Una vez pedí un café tamaño grande y creo que me pusieron medio litro o algo así de cafe aguado sin leche. Cuidado